May-2015
Niños de Araçuaí
En cuanto terminó el juego de bolitas, les pregunté a los niños porque será que los adultos de hoy en día insisten en decir que los niños no saben más jugar y que juegos como este no existen más: “Es porque esos adultos no vienen aquí para ver” me contestó uno de ellos.
Es verdad, estoy de acuerdo con él. Es importante ir a ver de cerca lo que hacen los niños antes de decir lo que pensamos sobre el fin de la existencia de los juegos. Estamos creyendo cosas sin haber tenido la oportunidad de ver de hecho.
En Araçuaí sólo no ve niños jugando quien no quiere ver. Aliás, eso no es privilegio solo de Araçuaí. En todo el Brasil, donde haya niños, ya sea en áreas rurales, litorales o en grandes centros urbanos, es posible ver juegos de las más diversas formas.
En el barrio de Arraial, en Araçuaí, los juegos se esconden del sol, en las sombras de los mangles y tamarindos. Juegos de bolitas, de saltar a la cuerda, pequeños billares, rayuelas, pata ciega , saltar rana , casitas… Y tantos otros de los que nunca tendremos noticia, ya que el juego no es para ser mostrado, presentado, sino que jugado, vivido y sólo los conocerá quien se siente en el suelo a jugar junto con los niños.
“Emerson es profesional, vive con las bolitas en el bolsillo. Ayer mismo llevó bolitas a la iglesia”, nos confesó Ricardo. Emerson es uno de esos niños de Araçuaí que carga el juego con él para cualquier lugar. Así como juega a las bolitas, también se dedica al grupo de la Fiesta de Reyes del barrio de Arraial y a construir juguetes de madera en casas de vecinos. Según Emerson, “cualquier niño conseguiría confeccionar sus propios juguetes, pero si no trata, nunca sabrá”, afirma.
Y esa historia que dicen por ahí que los niños no juegan más? Pregunto y nuevamente me dan la misma respuesta: “Los adultos no tienen tiempo de parar para mirar y ahí salen diciendo por ahí cosas que no ven”.
Una sugestión de los niños de Araçuaí: vamos a detenernos con tiempo para mirar los juegos de los niños.
Texto y fotos: Renata Meirelles
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