May-2015
Niños cazadores – 2ª. Parte
A la ida, todos con pasos acelerados para dentro del matorral, con la energía de la expectativa de encontrar o no algo dentro de la trampa armada días atrás. Expectativa también si la trampa estaría allí o si había sido robada por alguien: si se la llevaron junto con el pájaro, o sea, ansiedad de la espera, de la sorpresa.
Confirmada la caza, los chicos confiesan que se llevan muchos pájaros para su casa y los crían en jaulas o los comen, dependiendo de la calidad del ave.
Esta vez el pájaro volvió a su habitat, fue liberado con ganas por los chicos, que dejaron allí otra trampa armada para otro día.
Estos niños son los cazadores o la caza? Cazados por la fuerza magnética del vuelo o, como dice nuestro amigo Gandhy Piorsky, por las “prodigiosas insinuaciones de elevarse”? Quien caza a quien aquí?
En el camino de vuelta, ya estaban con otra energía: se sentían tan livianos que hacían piruetas por los montes, como pájaros libres; se zambulleron, comieron “nicuri” verde e hicieron una presentación increíble de silbidos imitando pájaros variados.
Todo sucedió como debía ser.
Texto y fotos: Renata Meirelles
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