May-2015
Niños cazadores – 3ª parte
Cazar es cosa de niños mayores? Neto tiene 2 años, penúltimo hijo de nueve hermanos, un niño atento y de una astúcia devastadora. Acompañando nuestras grabaciones junto a sus hermanas mayores, se acercó tirando de mi ropa e invitándome a mirar alrededor. Yo estaba preocupada con una escena de las niñas y le pedí que esperase un poco. Esperar?
Los cangrejos estaban allí, pidiendo por sus dedos y dedo no espera, me muestra. Bien: cambié de estratégia y consguí una botellita para que recogiera la mayor cantidad de cangrejos posible, mientras terminábamos de jugar con las niñas, así sus dedos estarían concentrados en su própio deseo.
Impulsionado por la mirada astuta y zambullido en el coraje y la clara misión que la caza exige al cazador, Neto acompañaba a los cangrejos yendo y viniendo de sus escondites. Los desafios guiaban sus dedos para refinar el gesto, crear estratégias de esquivarse de las garras del animal e imponerse como cazador. Un cuerpo entero movido para apoderarse de muchos conocimientos procedentes de la experiencia.
El tamaño de su vibración con ese ‘juego’ de cazador contagió a todos y la escena cambió de foco. Sus hermanas estaban ahora interesadas en ayudarlo en la tarea, más que en jugar a lo que hacíamos de antemano. Perfecto, al final, estamos o no abiertos a la espontaneidad infantil? Y el tiempo ganó en calidad de tiempo, de tiempo disfrutado hasta la hora en que el sol se cansó de jugar con nosotros.
Texto y fotos: Renata Meirelles
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