Durante 2012 y 2013, el Territorio para Jugar contó como aliadas a seis escuelas que colaboraron para la realización de la iniciativa. Para cada nueva comunidad, el equipo del Territorio para Jugar organizó material con videos, fotos y textos invitando a los educadores a pensar y a dialogar con las diferentes infancias del Brasil. Estos coloquios tornaron posibles miradas sensibles para la infancia y la educación. En estos ejercicios de mirar y escuchar a los niños construyendo autos, barcos, jugando con agua, tierra, aire y fuego; jugando a ser buey o con máscaras, el educador fija su mirada en los niños, y en lo lúdico, que está también en nuestras escuelas. Durante esos dos años, tal diversidad planteó varias preguntas, diálogos y posibilidades que tornaron la alianza del Territorio para Jugar con las Escuelas, un lugar de escucha y de sensibilidad de los niños.

	“Fue exactamente así: dejar jugar de forma más libre, estar atento al juego, ver lo que ellos hacen, que palabras surgen en los juegos. Uno los conoce mientras juegan; observar la forma de agarrar una muñeca, escuchar lo que dicen durante los juegos.”
	“Este trabajo conjunto nos fue mostrando, de varias maneras, al niño que juega, ayudando, fundamentando y autorizando a que el niño juegue también dentro de la escuela. Más juego libre cerca de la naturaleza, con materiales poco estructurados, con tiempo para jugar!”
	“Toda esta diversidad de infancias que el Territorio para Jugar trajo, modificó nuestra mirada  para el juego. Hace con que veamos cosas no vistas directamente, por ejemplo, ver todo lo que hay por detrás del gesto de un niño.”
	“Yo creo que refinó más aún nuestra mirada para respetar el tiempo de los niños. La mirada y la sensibilidad al trabajar con ellos.”
	“Las películas son sumamente poéticas, la expresión de los niños es sumamente genuina! El Territorio para Jugar alimenta nuestra mirada sensible y el escuchar a los niños.”
	“De repente los niños empezaron a traer tubos de PVC y otros materiales de este estilo para construir juguetes en la escuela. Esto vino del Territorio para Jugar, que nos mostró niños construyendo sus juguetes, cochecitos con latas y este tipo de materiales que traen posibilidades de construcción.”