• pt-br
  • en
  • es

Como aprenden los niños una tradición? Como siguen el ritmo de la vida y de la cultura de un pueblo? Normalmente, realizan junto con quien sabe, aprenden haciendo, creando lazos con el hacer mientras hacen. Presenciamos un ejemplo de eso en la forma como los niños en Santa María de Jetibá aprenden a tocar concertina.

El equipo del Proyecto Territorio para Jugar fue a ver una clase de concertina. De la misma forma como sucede con el idioma pomerano, el aprendizaje de la concertina  se da sin métodos consagrados, sino con personas preocupadas con su permanencia en los días de hoy. Un hacer juntos, participando al lado de alguien que conserva los conocimientos.

En lo que respecta al idioma pomerano, encontramos un municipio entero, empeñado en mantenerlo vivo, como forma más importante de preservar sus tradiciones. En la mayor parte de las casas en los distritos rurales de Santa María de Jetibá, las familias hablan pomerano en casa con sus hijos y dejan que la escuela y la vida brasilera se encarguen del portugués.

Sin embargo, con relación a la concertina, su preservación ha sido algo más precaria. Según Angelino Zááger, profesor de la clase que fuimos a ver, la concertina tuvo, en Espíritu Santo, un renacimiento solamente en los últimos años, cuando el instrumento ya estaba siendo jubilado para dar lugar a su primo más ágil y fácil de aprender: el Acordeón. Fue a partir de algunos festivales de música tradicional de la región, que empezaron a incluir a los tocadores de concertina en su programación, lo que hizo surgir nuevamente una ola de apreciación e interés por aprender este instrumento.

“Hacen unos 11 años apareció alguien tocando concertina en un Festival de Música en Linhares. A partir de entonces todos sabían tocar.” contó el Sr. Orlando Barth, un tocador en Santa Teresa. En realidad, los apasionados por el instrumento estaban aislados y escondidos, pero con el surgimiento de Festivales valorando el instrumento y la música, se unieron los tocadores y todos aquellos a quien les gusta bailar.

134037752813403775283976762647_420x300

El destino de la concertina podía haber sido peor si no fuera su papel integral en la fiesta más importante en la vida pomerana: estimulando el baile de los novios en casamientos pomeranos. En el primer casamiento al que fuimos, en la comunidad Alto Santa María, el baile de los novios duró 1 hora y 40 minutos. Mientras un señor mayor mantuvo la música durante todo ese tiempo, sin apoyo de otros instrumentos, el novio y la novia dieron innombrables giros por el salón con invitados disponibles a pagar una pequeña suma de dinero para tener el privilegio de girar con la pareja. La energía de esta etapa de la fiesta es delirante, un típico ejemplo de la alegría festiva de ese pueblo y una bella pista para entender porque a alguien le gustaría aprender a tocar concertina.

En el Municipio de Santa María de Jetibá, se dictan clases cada seis meses en el Distrito Luiz Portratz. Todos los miércoles de noche Angelino se sienta en su banco y ofrece clases cortas individuales para nueve alumnos cuyas edades varían entre 12 y 66 años. Toca una concertina construida por él mismo, y los alumnos, uno de cada vez, se sientan frente a el y, con calma de mirar, tratan de acompañarlo. Los otros alumnos, mientras no están tocando, prestan atención como verdaderos aprendices. Ya que, de la misma forma como Angelino, la presencia de ellos allí es totalmente regida por la pasión por el instrumento.

134037758113403775812255102984_420x300

Cuando le preguntan sobre su don para enseñar, repite a todos lo que dijo a sus alumnos el primer día de clase: “Yo no soy un profesional de la música o de la concertina, ni tampoco de la enseñanza. Pero lo que sé, lo transmito. Y después, lo que ustedes quieran tocar, queda a criterio de ustedes. Yo les paso las posiciones de los dedos. Tengo músicas para enseñar, pero es para acostumbrarse y después irse. Azada en mano y ustedes después sacan lo que quieran.” Claro que una de las músicas que más interesa a sus alumnos es la del baile de los novios.

134037764813403776482357519465_420x300

Angelino también da clases en su propio municipio, Domingos Martins (ES), dos noches por semana. Sin embargo allí recibe un pequeño sueldo de la municipalidad. En Santa María de Jetibá espera aún apoyo oficial. Mientras el apoyo no llega, su trabajo voluntario de dar tres horas de clases, atendiendo iniciantes y una hora más para volver a su casa, alimentan su satisfacción de hacer su parte para mantener vivo el instrumento de su corazón.

Texto y fotos: Renata Meirelles

 me gusta
Comparta este Articulo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Archivos

> <
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec
Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec